domingo, 16 de diciembre de 2018

David Alfaro Siqueiros


 
  •  Nacimiento: 29 de noviembre de 1896; Camargo, Chihuahua, México 
 Fallecimiento: 6 de enero de 1974; Cuernavaca, Morelos, México 
 Nacionalidad: Mexicana 

La principal influencia familiar que impactó la formación del carácter del artista no fue su padre,
sino su abuelo: Don Antonio Alfaro Sierra “Siete Filos” quien era un jacobino, un liberal radical;
había combatido con las fuerzas liberales contra la intervención francesa. De aquí viene la formación
anticlerical de Siqueiros. Desde muy joven, y a pesar de vivir en un medio acomodado, tiene contacto 
con las injusticias en México a principios de siglo, durante la Revolución de 1910-1917. A los 15 años 
se inicia en el activismo político al participar en una manifestación estudiantil; por estas fechas, 
estudiaba el bachillerato por la mañana y artes por las noches. Al año, siendo aún un adolescente, 
abandona su hogar el cual no comulgaba con sus ideas progresistas y se incorpora a las filas 
del Ejército Constitucionalista, donde llegó a ser miembro del Estado Mayor del general Manuel M. Diéguez.
En 1919, el gobierno posrevolucionario le subsidia un viaje a París donde profundiza sus estudios de pintura 
y se empapa de toda la cultura occidental que México no le podía proporcionar. 

 
En 1966 recibe el Premio Nacional de Arte. Recibe el premio Lenin en 1967, mismo que dona 
al pueblo de Vietnam y logra importantes avances técnicos para la plástica, producto 
de su constante experimentación creativa. 

 

FOTO GALERIA. LAS OBRAS DE DAVID ALFARO SIQUEIROS. 

La vida y obra de David Alfaro Siqueiros refleja la vida de la izquierda mexicana y su confusión.
Esta accidentada vida, voluntariamente elegida, lo acercó al drama humano en su máxima 
expresión: la temprana pérdida de su madre, el combate revolucionario en México, las montañas de
cadáveres en España, etc. Sin embargo, el ser testigo de estas experiencias no hacen sino
templar creativamente su sensibilidad artística, así como su personalidad en la cual también 
influye el emblemático Ernesto Che Guevara. 

Remembranza de la vida y el estilo del artista. 

Como marxista, Siqueiros es materialista; de esta forma, sostiene que las condiciones materiales 
de existencia son las causas de las diferentes concepciones filosóficas, éticas y políticas, por supuesto
que también las estéticas y el arte. Aunque en sentido estricto, no hay planteamientos o 
reflexiones estrictamente filosóficas (en el sentido académico) o planteamientos 
concretos sobre abordamientos filosóficos clásicos. Sin embargo, su concepción filosófica se puede 
desprender de muchos pasajes que tienen una intencionalidad estética.  
Utilizando el término realismo expresa su materialismo de la siguiente manera: 
Por realismo, dándole a esta expresión todo el significado convencional que la costumbre ha creado, 
debemos entender: lógica, sentido común, apego a los hechos comprobados, tratándose de las artes 
plásticas, descubrimiento de los determinantes sociales de cada específico periodo histórico de la 
humanidad, de los determinantes físicos (geográficos, climáticos, etc.) y también, en consecuencia, 
de los determinantes temáticos, formales y de estilo, toda vez que se trata de artes plásticas figurativas. 
Con respecto al problema del conocimiento dice: “Los comunistas… no nos quedamos en el análisis 
de los hechos positivos. Los comunistas vamos siempre al fondo de los problemas y por ahí a la 
crítica y la autocrítica más directas” (Ibíd.: Como se ve, para este personaje el conocimiento es: 
primero, posible; después es profundo y reflexivo sobre sí mismo, sin olvidar la posibilidad de 
transformación práctica de la realidad, implícita en su vida y obra. 
De sus afirmaciones acerca del realismo se desprende una concepción dinámica; habla del realismo 
como un “medio de creación siempre en marcha.” En otra parte dice: “… ni las formas de realismo,
ni los medios de materialización práctica son fijos.” Critica la posición metafísica en torno al arte que 
asumen algunos pintores que trabajan únicamente el aspecto subjetivo, olvidando que “lo subjetivo… no 
es más que parte integrante y subsecuente de lo objetivo, de lo vivo” de esto podemos afirmar que 
acepta la primacía de la materia sobre el espíritu, es un materialista como se dijo arriba. 
Sobre el problema de la verdad, se inclina por la interpretación marxista-leninista que reconoce la 
parcialidad de la investigación científica, se pregunta sobre una verdad completa, en el sentido de 
“acabada”, de la crítica unilateral del arte que deja de lado su papel ideológico. En resumen, es un 
materialista que llama a la transformación revolucionaria de la sociedad. 
De su práctica comprometida se desprende una ética colectiva de lo mexicano que debe ser encausada 
para darle rumbo a los destinos del país. 
Sobre la estética: a decir de Raquel Tibol, para él, el arte es “una función y un proceso”, busca que 
tenga el “máximo servicio público”, oponiéndolo al arte burgués elitista. 
“En la estética de Siqueiros, encontramos inconformismo crítico y autocrítico; voluntad creadora, 
generosa y vigilante; reafirmación de un realismo de muchos mayores alcances éticos y estéticos…” 
Desprecia los gustos burgueses: “Esta por demás decir que el concepto de buen gusto se apoya 
en lo que podemos considerar como el buen gusto de la burguesía distinguida, de la burguesía 
chic y refinada, contra el gusto de la pequeña burguesía”. Es por demás obvia la concepción 
clasista sobre estética que se detecta en esta afirmación, y también desprecia profundamente 
la pretendida posición de imparcialidad de los defensores del “arte por el arte”, sin ninguna 
inclinación ideológica. 

Frente a las posiciones eurocentristas típicas del porfirismo, Siqueiros antepone bases firmes para un 
nuevo arte no simplemente contestatario y localista, sino un nuevo arte universal identificado 
con las ideas socialistas sobre el futuro, él estableció con ideas primero y con obras después, las bases 
para un nuevo arte americano no subsidiario. 
Con respecto al individualismo, como característica fundamental del mundo burgués es 
especialmente beligerante, sobre todo por la tremenda fuerza que esta actitud tiene en el arte. 
La vocación del pintor en internacionalista y sobre las clases sociales, no es necesario aclarar la 
posición del pintor, pues destaca su rechazo al individualismo de la burguesía. 
El papel de la ideología es importante para comprender el pensamiento del pintor. Siqueiros 
reconoce el rol fundamental que juega la ideología, es decir, los intereses de clase, es obvio el partido 
que toma nuestro muralista. De hecho, como se apunta arriba, todo arte tiene carácter de clase, 
tiene una función pública, ideológica. La ideología viene después del vencimiento por la 
fuerza “…así se produjeron todas las conquistas de la antigüedad, en la Edad Media, con el renacimiento, 
en el mundo de la burguesía liberal, y así las lleva a cabo en parte el imperialismo contemporáneo. 
La labor del pintor sobre el humanismo, llamándolo concretamente “nuevo humanismo”, que es 
identificado con el futuro socialista al que concibe como meta. 
La relación entre humanismo y comunismo es natural en el artista, pues él afirma que: “...un comunista 
...no puede aceptar de ninguna manera la aplicación y desarrollo de una corriente que expulsa la 
imagen del hombre y el medio físico social en que este se mueve de la producción artística”. 
Es evidente la idea que tiene de hombre como centro de la problemática artística y política, 
si es que en Siqueiros nos podemos referir a estos aspectos de manera separada. 
Siqueiros muere de cáncer el 6 de enero de 1974 a las 10:15 de la mañana. 
Finalmente, podemos resumir su idea de hombre en una cita del mismo pintor: 
...quisimos penetrar en nuestro hombre de México, y penetrando en él penetramos en el 
hombre universal, porque la única manera de entender realmente el hombre es teniendo en 
cuenta al que tenemos adentro de nosotros mismos, al propio, al del país donde vivimos, 
de nuestra idiosincrasia. Es único camino para entender al hombre universal. 

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